HISTORIA Y RIQUEZA DE LOS NÚMEROS

Los hombres supieron asociar tempranamente, a una colecciones de objetos de diferentes cantidades, un grupo de signos y de cosas. Trazos marcados en la madera, en huesos, en la arena, montones de piedras, gestos con la mano y los dedos, movimientos de cabeza, etc. Así, los pastores llevaban la cuenta de los nacimientos, pérdidas o trueques de sus reses, representando a cada animal de sus rebaños mediante un cono de arcilla, por ejemplo.

La economía más compleja de las primeras aglomeraciones humanas en las zonas urbanas de la Baja Mesopotamia exigió un sistema más elaborado. Se utilizaron volúmenes geométricos de arcilla (conos o esferas), pero con envolturas que mostraban ciertos y determinados símbolos; así, por ejemplo: Tres triángulos grandes, cuatro círculos pequeños y tres triángulos pequeños, se refería a 223 personas o unidades.

Esas piezas geométricas tridimensionales con símbolos en su superficie fueron suprimidas poco a poco y reemplazadas por las primeras tablillas numerales. Así las cosas, las primeras numeraciones escritas aparecieron al mismo tiempo que las primeras formas de escritura, eso fue, aproximadamente, para los años 3300 a 3200, antes de Jesucristo, en Mesopotamia y en Egipto.

Los romanos, por su parte, establecieron un sistema claramente más sencillo. Solo contaron con siete símbolos para memorizar (I, V, X, L, C, D y M), lo que explica que este sistema se haya mantenido durante milenios, en las letras, en la literatura teológica y en el comercio.
Los mayas por su parte utilizaron la escritura de números en los calendarios, y combinaban dos símbolos: el punto y la barra. El punto representaba la unidad, y la barra, cinco unidades.

Las cifras indias, adoptadas por los árabes, evolucionaron de manera compleja y poco conocida; pero, al final, el método desembocó en nuestro actual sistema numérico.


NUMEROLOGÍA PARA LA VIDA



Como pudimos ver en nuestra reseña histórica, el hombre siempre ha tenido la necesidad de organizar su entorno, de estar en equilibrio con los entes que lo rodean, de saber con lo que cuenta y con lo que no, para así poder mantenerse en armonía con su espacio. Adicionalmente, se ha organizado de manera tal que sus intercambios de producción puedan ser contabilizados, creando así los sistemas económicos vigentes.

La ciencia de los números brinda al hombre la capacidad de pensar más allá de sus expectativas, duplica su fe y su curiosidad. Los grandes inventos de la humanidad han sido posibles gracias a aproximaciones numéricas de interminables variables.

La numerología, es el estudio del valor cualitativo del número aplicado al ser humano y a su entorno. En ella se utilizan las letras del alfabeto convertidas a números a través de una sencilla tabla para, así, poder asignar un valor numérico a los nombres. También utiliza los equivalentes numéricos de la fecha de nacimiento de cada quien.

La numerología básicamente nos dice cómo somos, con qué venimos a este mundo, y cómo será el camino donde nos encontraremos más a gusto. Tiene una vertiente psicológica y otra predictiva.

La vertiente psicológica nos habla de nuestro interior, y es una herramienta muy útil para conceptualizar nuestro yo, ya que favorece el conocimiento interior.

Nos permite poner nuestro interior sobre el papel, de una forma separada; para que, analizando las partes una a una, tengamos una imagen racional de nuestra mente.

La vertiente predictiva nos permite encontrar una serie de números que nos hablan de forma muy precisa las etapas que marcarán nuestra vida. A qué edad se darán los principales cambios y cómo será nuestro desenvolvimiento a través de estas etapas.

Los números y la organización numérica en concreto, se han utilizado a través de los tiempos, pero la numerología tiene sus inicios en Mesopotamia; allí se asignaron los primeros valores numéricos a las letras del alfabeto y, así, se lograron las primeras aproximaciones al valor numérico de los nombres.

No muy lejos de nuestro conocimiento, en La Biblia existen algunas partes en las que la explicación a los hechos ocurridos tiene una base numerológica. Podríamos, a manera de muestra, citar del Génesis, este aparte del capítulo 17:
Cuando Abram contaba noventa y nueve años, se le apareció Yahveh y le dijo: "Yo soy El Shadday, camina en mi presencia y sé perfecto. Yo estableceré mi alianza entre tú y yo, y te multiplicaré mucho, mucho." Abram cayó rostro en tierra y Yahveh habló con él, diciendo: "Serás padre de multitud de naciones. No se llamará más tu nombre Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de multitud de naciones te he constituido... ...Daré a ti y después de ti a tu descendencia el país de tus peregrinaciones, todo el país de Canaán... ...A Saray, tu mujer, no la llamarás más con el nombre de Saray, sino que su nombre ha de ser Sara y la bendeciré e incluso te daré de ella un hijo, y bendeciré a éste..." Abraham, postrado rostro en tierra, se rió, diciendo en su interior: "¿Acaso a un centenario le va a nacer un hijo y Sara la nonagenaria, va a dar a luz?" Más Yahveh repuso: "En verdad Sara, tu mujer, te parirá un hijo, a quien llamarás de nombre Isaac..."
Este cambio de nombres no es una casualidad o algo sin sentido, ya que el mundo fue creado por Dios a través de la palabra, donde cada letra y cada palabra representa una fuerza creativa. De esta forma la equivalencia numérica entrevela una conexión interna entre los potenciales creativos de cada palabra.