La Numerología abrevia los números de varios dígitos
llevándolos a un solo dígito de 1 a 9. No obstante hay tres números, cada uno
de ellos de dos dígitos que, sin reducirlos a un solo dígito, se les llama
números maestros, son 11, 22, 33.
Para saber qué de todo esto corresponde o no
corresponde a una determinada persona, el ejercicio se hace con la fecha de
nacimiento. Con el NÚMERO DEL CAMINO DE LA VIDA, tal y como aquí se enseñó en la sección llamada "PERSONALIDAD Y CARÁCTER EN ASTRONUMEROLOGÍA".
Se hace el ejercicio tal y como allí se muestra el ejemplo. Y, con los dígitos resultantes, encopntramos si la persona está ligada y cubierta por alguno de los números maestros y qué influencia tiene en los rasgos de su personalidad.
Es altamente interesante esto de la influencia de los números maestros.
Para conocer más al respecto, hagamos clic aquí.
A estos números, el poder no sólo se le atribuye por hecho
de que ellos se componen de dígitos idénticos, sino también por tratarse de las
cifras 1, 2 y 3, respectivamente.
En el caso de la 11 (un doble 1), tiene duplicados los
rasgos y la personalidad del número 1 y cuando se lo reduce (11 = 1 +1 = 2) se
convierte en un 2, combinando de esta forma la más potente energía masculina
(la del 1, Zeus) con la energía femenina igualmente potente (la del 2, Hera). Ahora,
si se tiene en cuenta que el 1 y el 2 están en los extremos contrapuestos del
espectro de la energía, (la creatividad del 1 y la receptividad del 2) y,
además, que la combinación de esos atributos eclipsa a todos los demás
caracteres asignados a los números del 3 al 9, podemos entonces imaginar la
fusión de una energía masculina imparable: la del guerrero más fuerte, más
impulsivo y agresivo, con la supremacía de la diosa más intuitiva, femenina, y
astuta. Y todo esto aún no revela la verdadera esencia del número maestro 11
que, en su máxima esencia, representa el potencial de empujar los límites de la
experiencia humana hasta el nivel más alto de la percepción espiritual, donde
se efectúa el vínculo entre lo mortal y lo inmortal, entre el hombre y el
espíritu, entre la oscuridad y la luz, la ignorancia y la iluminación. Esta es
la esencia máxima atribuida al número 11.
Del mismo modo, el número maestro 22 combina una dosis doble
de la capacidad intuitiva y femenina representada por el 2, con capacidad máxima para traducir sueños
en realidad que se asocia con el número 4. Y de nuevo, el resultado no es sólo
una simple suma de atributos que adquieren un fuerte potencial, sino la
verdadera esencia del 22 es la capacidad de experimentar todo lo que el 11
tiene que ofrecer y aplicarlo al mundo material.
Por último, el número maestro 33 combina los poderes más
competentes de expresión y realización (la del número 3) con el maestro y el
tutor por excelencia, el 6. Su verdadera esencia constituye la última etapa en
la evolución espiritual, el Maestro de maestros. Tal vez también sea éste un
valor simbólico que se le atribuye a la edad del Cristo, el 33.
NÚMEROS MAESTROS Y LAS PERSONAS DEL COMÚN
Se hace el ejercicio tal y como allí se muestra el ejemplo. Y, con los dígitos resultantes, encopntramos si la persona está ligada y cubierta por alguno de los números maestros y qué influencia tiene en los rasgos de su personalidad.
Es altamente interesante esto de la influencia de los números maestros.
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